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A Mérida la presumen, pero no la cuidan



Es imposible negarlo, Mérida es una de las ciudades que más crecimiento ha experimentado no solo del sureste, sino del país, con un ritmo de crecimiento comparable con las principales y más importantes ciudades de México, destacando el crecimiento económico, poblacional, así como el crecimiento en el número de vehículos en la ciudad.


Este crecimiento desproporcionado entre personas y vehículos, por supuesto, ha propiciado que la mayoría de nosotros percibamos un incremento muy notable del tráfico de la ciudad, y la deficiencia de los servicios públicos más básicos, como el servicio de electricidad que en varias partes de la ciudad falla constantemente por la gran sobredemanda, así como el servicio de agua potable, donde en gran parte de la ciudad reportan nulo servicio o que la presión de la misma es ridícula.


Así como también, hemos empezado a escuchar problemáticas que antes solo eran comunes en ciudades grandes del centro y norte de nuestro país, como gentrificación, burbuja inmobiliaria, desplazamientos, deforestación masiva, entre otros.


Muchas personas adjudican todo esto que se está viviendo a la irresponsabilidad de los gobiernos, que administración tras administración continúan (y últimamente con más fuerza) con la irresponsable campaña que dice que Mérida es la mejor ciudad para vivir, basando y sustentando este dicho solamente con la percepción de seguridad en el municipio, porque si fuera por otros rubros, Mérida y el estado en general tienen grandes y serios problemas a los que no le prestan la debida atención, porque muy seguramente no reditúa tanto reconocer problemas como la crítica contaminación del agua en la ciudad, los peores salarios del país, la gran problemática de movilidad, suicidios, desigualdad, entre muchos otros.


En realidad, a los meridanos nos encanta escuchar y presumir elogios para nuestra ciudad, sin embargo, también debemos ser muy responsables con lo que se dice, y las consecuencias que eso mismo puede traer, porque es innegable que conforme la ciudad ha ido creciendo los problemas que ya existían también se han ido magnificando, resultado de la falta de condiciones o preparación de la infraestructura de nuestra ciudad para la gran demanda que hay hacia la misma.


También es importante hacer énfasis en que el meridano no debe tener nada en contra de las personas que llegan de fuera en búsqueda de una mejor calidad de vida; a nadie podemos culpar de querer lo mejor para él y para los suyos; ahí no está el problema. El problema está aquí, con quienes toman las decisiones, y se han perpetuado en el poder, viendo todo con ojos de dinero, mientras continúan con una irresponsable campaña, sin antes darle solución a los principales problemas que aquejan a nuestra ciudad desde hace años, que, de no atenderse lo antes posible, podríamos empezar a notar cada vez con más frecuencia el colapso de lo que todos conocíamos como una ciudad “tranquila”.


Opinión de Gerardo Ocampo.

Este es el transcrito del video que encuentras en nuestras redes sociales.

#Opiniones es un espacio de En Realidad.

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