Seguramente has notado cómo el costo de vida se ha incrementado de manera acelerada, y es que la gentrificación es un proceso en el que áreas de una ciudad son renovadas y atraen a residentes con ingresos más altos. Esto puede tener aspectos positivos, como mejorar la infraestructura y generar empleos, pero también presenta grandes desafíos, como el incremento en los precios de la vivienda y servicios, que eventualmente terminan por desplazar a los habitantes originarios de la zona, generando la gradual pérdida de la identidad cultural y tensiones sociales entre los distintos grupos de una misma comunidad.
Para evitar que la gentrificación se dé de manera desordenada, es esencial implementar políticas que promuevan la vivienda asequible y regulaciones de uso del suelo equitativas dentro de los barrios gentrificados, favoreciendo el crecimiento económico mientras se preserva la identidad cultural de la comunidad.
La gentrificación como fenómeno económico y social debe abordarse desde una óptica propositiva y con un enfoque equilibrado, participando gobierno, desarrolladores y sociedad en conjunto. Priorizando la equidad, inclusión y el desarrollo sostenible, se puede lograr un entorno urbano más inclusivo, justo y próspero para todos.
Opinión de Rodrigo Rodríguez.
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