Después del multicuestionado proceso de revocación, o mejor dicho ratificación, del mandado del Presidente López Obrador, los mexicanos vivimos una nueva votación, solo que ahora fue de tipo indirecta, porque fueron los Legisladores Federales en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión los que participaron en este nuevo proceso electoral.
Como sabemos, el proceso electoral vivido en la Cámara de Diputados Federal fue para analizar, discutir y votar sobre una iniciativa del Presidente de la República en materia energética que, por contener cambios a la Constitución Federal requería una cantidad de votos especial.
Efectivamente, así como en el proceso de revocación o ratificación de mandato se requería al menos el 40% de los votantes inscritos en el padrón electoral, algo así como 37 millones de votos, para que la decisión fuera vinculante, es decir obligatoria; en el caso de la votación celebrada en la Cámara de Diputados el Domingo de Resurección requería el voto de 333 legisladores para que fuera aprobada.
¿Pero porqué 333 votos eran necesarios para aprobar la iniciativa de AMLO en materia energética?
Cuando se trata de modificaciones a la Constitución de la República, esta misma establece que se requiere una mayoría calificada, para que sea aprobada. A diferencia de cualquier reforma a una ley que se aprueba con una mayoría simple, es decir el que tenga más votos a favor gana; en el caso de la Carta Magna se necesita una mayoría especial para que sea aprobado cualquier cambio, es decir, deben votar a favor al menos las dos terceras partes de los diputados asistentes.
Al integrarse este cuerpo legislativo por 500 diputados (300 de mayoría y 200 plurinominales), entonces las dos terceras partes serían 333 diputados.
¿Y que pasó? Morena y sus aliados del PT y PVEM obtuvieron 275 a favor de la reforma constitucional y los demás partidos PAN, PRI, PRD, MC, obtuvieron 223 en contra de la misma, lo que significó que la propuesta de la reforma constitucional presentada por AMLO en materia energética fuera desechada.
En Realidad, todo indicaba desde días previos que la propuesta del Presidente iba a tener un desenlace fatal, ya que los partidos de oposición habían posicionado el sentido de su voto en contra de forma clara y contundente; sin embargo el fantasma de la traición a esa oposición estuvo rondando fuertemente.
Los opositores al gobierno federal no dejaron de presionar a los legisladores de la llamada alianza Va por México para que ninguno se quebrara, pero siempre existió la duda sobre si llegaría el bloque completo a votar en contra.
Finalmente el día y la hora llegó, los Legisladores opositores cumplieron su palabra y votaron en bloque en contra de la iniciativa presidencial.
No cabe duda, Morena y sus aliados siguen siendo más en la Cámara de Diputados – 275 – pero la oposición ahora sí les pisa los callos – son 223. Esto demuestra que si los opositores siguen así y logran influir convincentemente entre sus militantes y simpatizantes, entonces en las próximas elecciones directas ( tenemos en el 2022 y 2023) veremos resultados inesperados ante la lógica gubernamental.
Solo falta ver cómo reaccionará el nuevo régimen ante los actores políticos que encabezan la lucha opositora.
Comments