Tal vez recuerdes cómo hace 14 años Yucatán vivió uno de los momentos más violentos de su historia. Así es, hablo de los 12 decapitados encontrados en los montes de Chichí Suarez.
Tras encontrar las cabezas y los cuerpos, en Mérida se vivió un momento de histeria colectiva. Esa noche se realizó un toque de queda, además de que los meridanos tenían miedo de salir de sus casa. Incluso la policía comenzó una campaña para deshacerse de los polarizados en los autos ¿Pero qué fue lo que detonó esta histeria?
Las acciones del gobierno alarmaron a la ciudadanía por su severidad, ya que el gobierno se alarmó con la noticia, pues Mérida podía perder el status de ciudad blanca. Ivonne Ortega, gobernadora en el 2008, dijo que llevaban meses recibiendo amenazas telefónicas exigiendo la retirada de retenes y vigilancia policial. También afirmó que la policía ya había comenzado con las investigaciones y que encontraría a los culpables.
Ese mismo año la policía detuvo a Escamilla, jefe de Los Zetas en Cancún, el cual fue señalado como el ejecutor de la masacre. Con él se detuvieron a nueve personas más y fueron decomisados varios fusiles automáticos, pistolas, cargadores, dos granadas, varias bolsas con marihuana y droga sintética.
Pero, aun con la detención, todavía se desconoce la causa principal del atentado. Algunas personas dicen que fue una llamada de atención contra el jefe de policías, otros que fue una advertencia a los carteles que buscaban ocupar esa plaza.
En Realidad…
Aunque se desconoce la verdadera causa del atentado, ese día se paralizó la ciudad blanca e incluso la policía comenzó con acciones que hasta el día de hoy siguen vigentes.
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