Desde 1990, Paraíso Sisal es una zona natural protegida de Yucatán. Y como a los políticos y empresarios poco les importa lo que esto significa, apareció un permiso para que las inmobiliarias vendieran los terrenos protegidos, afectando gravemente la fauna, la flora y el ecosistema del lugar. Luego de varias investigaciones, finalmente aparecen los rostros de quienes están detrás de todo, estos son los nombres de algunos de ellos.
Políticos involucrados
Ivonne Ortega Pacheco: Gobernadora de Yucatán (2007 a 2012). Expidió un decreto 293 en el 2010 que excluyó a Paraíso Sisal de la Reserva “El Palmar” y permitía la venta de los terrenos que según, no eran “áreas protegidas”.
Hernán José Cárdenas López: Encargado del Despacho de la Semarnat en Yucatán.
Víctor Manuel Sánchez Álvarez: Secretario General de Gobierno. Firmó el decreto 293.
Eduardo Adolfo Batllori Sampedro: Secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente en 201o. Firmó el decreto 293.
José Alberto Padrón Romero. Alcalde de Hunucmá (2015-2021). Se llevó todos los documentos de permisos de construcción.
Edna Marissa Franco Ceballo: Alcaldesa de Hunucmá (2021- 2024). Ni siquiera ha pedido permisos de construcción de Paraíso Sisal.
Campos Agüero y su inmobiliaria
Daniel Campos Agüero: Representante legal de las inmobiliarias Sisal S.A y de Hermanos Barbecho Herrero.
Victor Manuel Campos Agüero: Dueño de la Inmobiliaria Sisal S.A de C.V.
Victoria Erosa Rivero: Miembro de la Red Legal de los Campos Agüero. Encargada de escriturar a compradores extranjeros.
Walter Raúl Méndez Agüero: Representante legal de la Inmobiliaria El Palmar Sisal S.A de C.V. Es el responsable de información a clientes.
Barbachano Herrero
Fernando Eugenio Barbachano Herrero: Propietario de Tablajes Catastrales en Paraíso Sisal.
Isabel Barbachano Herrero: Propietaria de Tablajes Catastrales en Paraíso Sisal.
Carmen Barbachano y Gómez Rul: Propietaria de Tablajes Catastrales en Paraíso Sisal.
En Realidad, la desprotección que sufre Paraíso Sisal, demuestra el desinterés de los políticos por preservar las áreas protegidas de la península, así como la falta de control con relación a las inversiones y construcciones.
Es el colmo que la venta de tierras y playas vírgenes en decenas de millones de pesos, amenace el hábitat y la tranquilidad de las más de 20 mil aves acuáticas que escogen ese lugar como estancia temporal o permanente.
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