Mérida se ha destacado como una de las ciudades más seguras del país e incluso de América Latina, pero dentro de sus hogares es otra la situación.
De enero a agosto de 2020 se reportaron 407 casos de violencia familiar en la entidad; pero en el mismo periodo, en el 2021, subió a 735 casos, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Esto representa que la violencia aumentó un 80%, siendo Yucatán el segundo lugar a nivel nacional, solo abajo de Tlaxcala. Por esto el estado está rozando el semáforo rojo en incidencia de violencia intrafamiliar.
Pero también hay otros problemas al interior del estado. Uno de los más sonados es sobre el VIH y el SIDA en las familias yucatecas. Según el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida (Censida) en Yucatán habían 10 mil 380 personas infectadas en el 2021, el doble de en el 2012, cuando la cifra estaba en 5 mil 401 personas afectadas por el virus.
Hay muchos motivos para este crecimiento. Sin embargo, uno de los más recurrentes es el contagio por los esposos o parejas, ya que al irse a trabajar por tiempos prolongados a zonas de Quintana Roo, Mérida e incluso E.U., en sus estancias se contagian con el virus y al regresar a sus hogares infectan a sus familias.
Este es un tipo de violencia invisibilizado por el gobierno de Yucatán y pocas veces tomado en cuenta por los gobiernos e instituciones de seguridad pública.
En Realidad…
Por el miedo que se tiene de perder el prestigio de seguridad, las autoridades han ocultado un problema de seguridad muy latente en los hogares yucatecos y que por muchos años ha sido invisibilizado.
Comments