Hace unos días, el presidente de México puso sobre la mesa una reforma de ley, en la que planea eliminar la educación indígena de la Secretaría de Educación Pública.
En pocas palabras y según se mencionó, la Dirección General de Educación Indígena Intercultural y Bilingüe, pasará al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, algo que no previó que afectaría al sistema educativo y a los derechos laborales de las personas que se dedican a la enseñanza.
Ante la incomodidad, cerca de 300 maestros de zonas rurales de Yucatán se manifestaron en el Congreso del Estado. Señalaron que nunca se les hizo una consulta y que la propuesta es un retroceso, porque durante muchos años se luchó por tener planes pedagógicos y ser gestores de esta enseñanza. Además, mencionaron que esta propuesta responde a intereses políticos y por tanto no debe seguir adelante.
En Realidad, en la península de Yucatán se concentra el 98.5% de los hablantes de la lengua maya en el país, y de ellos el 65.7% están en el estado de Yucatán, por tanto, numerosos niños necesitan aprender a través de programas pedagógicos que sean cercanos y prácticos para ellos, lo que demuestra que la iniciativa no solo afecta a los maestros, sino también a los estudiantes.
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