Hace unos días se filtró la operación de como se maneja uno de los restaurantes de Sonora Grill en la ciudad de México y no tardaron en aparecer las comparaciones con México y Mérida. Pero, ¿realmente se parecen?
Si alguna vez te has sentido juzgado por tu color de piel o te han negado la entrada a algún lugar por tu vestimenta; te has sentido agredido por tu apellido con ascendencia maya o te han insultado con los términos indio, indígena o maya; te has sentido excluido por tener una discapacidad; te han menospreciado por la escuela donde te formaste o te han mirado feo por el lugar de donde vienes, tal vez has estado sentado en el lado “moreno” de Sonora Grill de la vida.
Pero más allá de lo graciosas que puedan ser las imágenes y los memes, estas acciones reflejan un racismo y clasismo en Mérida, donde se clasifica a la persona por sus características físicas, culturales y monetarias, poniendo en un nivel más alto todo lo que sea identificado como “correcto” o “deseable” por quienes tienen el dinero y poder.
Por eso, aunque vengamos de una herencia rica en cultura, tradiciones y colores, se siguen identificando estas características como indeseables, marginándolas y segregándolas de los espacios comunes; mientras se glorifican las características extranjeras como el color de piel blanco, la vestimenta de “marca” o diseñador, el acento extranjero, la nacionalidad, entre otras cosas.
Por eso, aunque pareciera un chiste la comparación, Sonora Grill solo es el reflejo de lo que la sociedad mexicana y yucateca son.
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