Hace días el buque mercante italiano “Grande Senegal” se encalló a 40 kilómetros del puerto de Sisal afectado inicialmente 87 metros del arrecife Madagascar en Sisal. Según se informó, cuando sucedieron los hechos el barco había salido del puerto de Tamaulipas, cargado de vehículos y navegaba hacia el Océano Atlántico.
Una embarcación con bandera de Barbados intentó rescatar el buque sin tener un permiso ambiental, provocando protestas y críticas de los habitantes porque los arrecifes podrían dañarse más.
Luego, la Marina acudió al lugar para asegurar el barco que mide alrededor de 210 metros y empezar las maniobras para moverlo.
La gravedad del asunto está en que los arrecifes son un ecosistema en donde habitan langostas, peces y otras especies marinas de las que muchas familias dependen. El hecho de que un barco encalle ahí implica una afectación ambiental, social y económica para los habitantes, por eso autoridades de Sisal pusieron una denuncia ante la PROFEPA.
Aunque la PROFEPA mencionó que el encallamiento del barco no causó daño a los corales protegidos, las investigaciones aún no terminan. Según mencionó la institución se cree que se afectaron casi 5 mil kilómetros cuadrados de zona.
El buque estará en Progreso asegurado, y como se trata de una embarcación extranjera que encalló en aguas nacionales en el caso intervienen la PROFEPA, la Marina, la Capitanía del Puerto y la Fiscalía General del Estado.
En Realidad, cuando un barco encalla en los arrecifes, los daños pueden ser irreversibles y si no se tiene suficiente cuidado, se pueden agravar al momento de sacarlo del lugar. En México hay arrecifes en la costa del Caribe, en el Golfo de México y en el Pacífico. Su cuidado y preservación es fundamental porque son un ecosistema que beneficia tanto a las especies marinas como a los humanos.
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